En nuestro alrededor hay una cantidad de vida que no observamos, en los objetos, en nuestra piel y hasta en lo que respiramos. Las capacidades estéticas que nos brindan se manifiestan al subvertirlas y materializarlas a través de cultivos inoculados en agares nutritivos que fomentan el crecimiento de colonias de bacterias que aunque simples y cotidianas, se expresan en colores y formas, estructurando un nuevo imaginario de lo vivo.
Fotos: David Samayoa /Resultado del laboratorio de Bioarte :: Centro Cultural Border 2014
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